jueves, 16 de agosto de 2007

Importancia de la Familia dentro de la sociedad






“Importancia de la Familia dentro de la Sociedad”


La Familia célula fundamental de la sociedad…


“EL HOGAR FUNDAMENTO DE LA SOCIEDAD”

“El pilar de las sociedades siempre ha descansado en la familia, pues es ella quien forma a los futuros seres humanos que conformarán bien o mal a la sociedad” (Prof.: Enrique Colom)

La Familia tiene como fin formar ciudadanos íntegros en todos los ámbitos, para poder cumplirse debemos tener en cuenta los siguientes aspectos: Constituir una familia donde exista la figura del padre y de la madre, sembrar valores dentro del hogar, brindarles educación a los hijos, entre otros. Si una familia cumple con todos estos aspectos que a continuación se describen podemos tener una sociedad más digna.

Hogar Constituido:

“Una vida familiar sana es el mejor estímulo para difundir una vida social sana” (Prof. Enrique Colom).

Un hogar bien constituido es donde este presente la figura del padre y de la madre. Debe existir un padre que le brinde amor a su esposa y a sus hijos, donde el padre y la madre sean un modelo a seguir y figuras representativas del hogar igualmente los hijos deben querer y amar a sus padres.

En nuestras comunidades apreciamos con mucho dolor, que niñas menores de edad salen embarazadas, existiendo un gran número de ellas en esta situación y muchas veces no saben quien es el padre del niño que llevan en su vientre, por lo tanto no podrán formar un hogar digno y estable. También vemos un gran número de hogares que están constituidos por padrastros y en algunos de los casos por madrastras.

En relación a lo anteriormente planteado expresa el Psicólogo Azucena García:

“Muchos niños se niegan a aceptar esta figura ante el sentimiento de traición a los padres biológicos La imagen de los padrastros y, sobre todo, de las madrastras, suele estar unida a connotaciones negativas y, a menudo, estereotipadas. Con frecuencia los menores les ven como usurpadores del puesto que ocupan su padre o madre biológicos y relacionan a esta nueva figura con una fuente de problemas y competencia. Son muchos los pequeños que se niegan a quererlos porque sienten que al mostrarles afecto traicionan a sus progenitores. Además, la aceptación se complica cuando la llegada de esa figura se produce tras la muerte del padre o de la madre. La clave, aseguran los psicólogos, es ser pacientes y conceder a los niños el tiempo que necesiten para descubrir que esta nueva persona no es un nuevo padre o madre, sino un miembro más de la familia que ayudará a reconstruirla y formar un hogar”.

Por lo tanto debemos saber enfrentar esta situación con delicadeza para así no traer consecuencias mayores a los hijos; se han visto casos donde los padrastros abusan sexualmente de sus hijastras y también de sus hijastros, al igual que de maltratos físicos y psicológicos, por lo tanto tenemos que ser cuidadosos en la selección de los padrastros o madrastras de nuestros hijos.

Sembrar valores:

“Respeto es el centro de las relaciones y armonía familiares. Una familia está constantemente cambiando y creciendo, ya sea en número o en experiencias familiares. Respeto puede ser practicado en cada situación nueva para establecer y continuar un patrón de respeto entre los miembros de la familia” (Dr. German Cutz)




Uno de los valores más importante que se deber reforzar dentro de la familia es el Respeto. Hoy en día estamos viendo familias donde el respeto se ha perdido, muchas veces cuando pasamos o visitamos algún hogar podemos apreciar con mucha tristeza como los hijos tratan mal a sus padres, hasta le dicen malas palabras y llegan hasta golpearlos, solo porque no piensan de la misma manera, les llaman la atención, si no aceptan sus amistades porque le pueden traer algún problema.




Otro de los valores que esta fallando en las familias es la HONESTIDAD, vemos diariamente en las noticias jóvenes de 15 años y hasta de menos edad que han sido capturados por los cuerpos de seguridad por haber robado a una persona, banco, joyería, etc. Nosotros personalmente pensamos, que la razón por la cual suceden estas cosas es porque muchas veces los padres aceptan que sus hijos lleven cosas a la casa sin preguntarles de dónde la sacaron o quien se las dió muchas veces se presentan con cosas de menor valor, pero luego ya se aparecen con cosas mayores y hasta que llegan a ser unos Profesionales en la materia y los padres después se preguntan que les pasó a sus hijos.



Cabe destacar que cuando nosotros estábamos en la escuela y nos llevábamos a la casa una plastilina, un color, un lápiz, o una pieza de un juego nuestros padres nos preguntaban de donde lo sacamos y no descansaban hasta saber de quien era o quien nos lo había dado y es así como los padres deben o deberían actuar.
Brindar educación a los hijos:




Toda familia está en el deber de brindarles una educación a sus hijos. Si queremos tener personas educadas y bien formadas debes comenzar por educar a tus hijos en casa. La Familia es el primer agente formador, por lo tanto debemos tener en cuenta los aspectos antes mencionados; es decir, enseñarles los valores, como el respeto, la honestidad, la responsabilidad, entre otros. Los padres deben llevar los niños a la escuela y ayudarlos en sus tareas, y a los jóvenes motivarlos y apoyarlos en todo momento, nunca darle la espalda por el hecho de que ya están grandes. Si no apoyamos a nuestros hijos en su formación, ellos decidirán en no seguir sus estudios y agarrar caminos no favorables para ellos. Como para su familia y la sociedad en general.




“Sin familia no hay persona, y sin persona no hay sociedad”. Y si una sociedad no mima a la familia, acaba enfermando, se degenera, y su desgaste conlleva la muerte de esa misma sociedad” (lic.: oscar Matías)




A manera de conclusión tenemos que entender el significado de una familia, en especial nosotros los jóvenes debemos saber que la familia no es un juego, debemos primero tener un buen noviazgo para luego formar así una familia bien constituida y en consecuencia tendremos la sociedad que todos anhelamos, donde prevalezca la unión y la paz.




Es necesario que los gobernantes sepan valorar y apreciar este bien supremo como es la familia. Debe ser una preocupación primordial, y por lo tanto debe brindarle su apoyo y proporcionarle oportunidades para su desarrollo integral tanto en lo educativo, económico, salud, vivienda, empleo entre otros. Es decir en la medida que hagamos todas estas cosas podemos tener una sociedad más digna y por lo tanto un país más social.

martes, 14 de agosto de 2007

Evangelio del Día




Evangelio del día
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Postura abortista
Obispo anticipa boicot de católicos contra Amnistía Internacional (clic aqui para ver mas...)
05:01 am
LONDRES, 14 Ago. 07 (ACI) .- El Obispo de East Anglia, Mons. Michael Evans, un antiguo miembro de Amnistía Internacional (AI), advirtió que la organización tiene esta semana la última oportunidad de revertir su anunciada postura oficial abortista, porque de lo contrario podría enfrentar un boicot por parte de los católicos.

domingo, 12 de agosto de 2007

Los Católicos ante el Aborto



Los católicos ante el aborto



¿Qué entiende la Iglesia por aborto?
La Iglesia Católica entiende por aborto la muerte provocada del feto, realizada por cualquier método y en cualquier momento del embarazo desde el instante mismo de la concepción. Así ha sido declarado el 23 de mayo de 1 988 por la Comisión para la Interpretación Auténtica del Código de Derecho Canónico.
La cuestión del aborto provocado, ¿es sólo un problema científico, político o social?
Ciertamente, no. Esta cuestión es, desde luego, un problema científico, político y social grave. Pero también es, y en gran medida, un serio problema moral para cualquiera, sea o no creyente.
¿Tenemos los católicos obligaciones adicionales acerca de la cuestión del aborto, respecto de los no católicos o no creyentes?
Todo hombre y toda mujer, si no quieren negar la realidad de las cosas y defienden la vida y la dignidad humanas, han de procurar por todos los medios lícitos a su alcance que las leyes no permitan la muerte violenta de seres inocentes e indefensos. Pero los cristianos, entre los que nos contamos los católicos, sabemos que la dignidad de la persona humana tiene su más profundo fundamento en el hecho de ser hijos de Dios y hermanos de Jesucristo, que quiso ser hombre por amor a todos y cada uno de nosotros.
Por eso los católicos, si vivimos nuestra fe, valoramos en toda su dimensión el drama terrible del aborto como un atentado contra esta dignidad sagrada. Más que de obligaciones adicionales, pues, habría que hablar de una más profunda y plena comprensión del valor de la persona humana, gracias a nuestra fe, como fundamento para nuestra actitud en favor de la vida, ya que sabemos que el olvido de Dios lleva con más facilidad al olvido de la dignidad humana.
Como católica, ¿en qué incurre una persona que realiza o consiente que le realicen un aborto?
Quien consiente y deliberadamente practica un aborto, acepta que se lo practiquen o presta una colaboración indispensable a su realización, incurre en una culpa moral y en una pena canónica, es decir, comete un pecado y un delito.
¿En qué consiste la culpa moral?
La culpa moral es un pecado grave contra el valor sagrado de la vida humana. El quinto Mandamiento ordena no matar. Es un pecado excepcionalmente grave, porque la víctima es inocente e indefensa y su muerte es causada precisamente por quienes tienen una especial obligación de velar por su vida.
Además, hay que tener en cuenta que al niño abortado se le priva del Sacramento del Bautismo.
¿Qué es una pena canónica?
La pena canónica es una sanción que la Iglesia impone a algunas conductas particularmente relevantes, y que está establecida en el Código de Derecho Canónico, vigente para todos los católicos.
¿En qué pena canónica incurre quien procura un aborto?
El que procura un aborto, si sabe que la Iglesia lo castiga de este modo riguroso, queda excomulgado. El Canon 1398 dice: "Quien procura un aborto, si éste se produce, incurre en excomunión Latae sententiae"
Por otra parte, el Canon 1041 establece que el que procura un aborto, si éste se consuma, así como los que hayan cooperado positivamente, incurre en irregularidad, que es el impedimento perpetuo para recibir órdenes sagradas.
¿Qué quiere decir incurrir en excomunión?
Significa que un católico queda privado de recibir los Sacramentos mientras no le sea levantada la pena: no se puede confesar válidamente, no puede acercarse a comulgar, no se puede casar por la Iglesia, etc. El excomulgado queda también privado de desempeñar cargos en la organización de la Iglesia.
¿Qué quiere decir que una excomunión es Latae sententiae?
Con esta expresión se quiere decir que el que incurre en ella queda excomulgado automáticamente, sin necesidad de que ninguna autoridad de la Iglesia lo declare para su caso concreto de manera expresa.
¿Significa algo especial la frase "si éste -el aborto- se produce"?
Sí. Quiere decir que, para que se produzca la pena de excomunión, el aborto debe consumarse, es decir, el hijo ha de morir como consecuencia del aborto. Si, por cualquier circunstancia, el aborto no llega a consumarse, no se producirá la excomunión, aunque se dará el pecado.
En el caso del aborto, ¿quiénes incurren en la pena de excomunión?
Si se dan las condiciones que configuran la pena de excomunión, en este caso quedan excomulgados, además de la mujer que aborta voluntariamente, todos los que han prestado colaboración indispensable a que se cometa el aborto: quienes lo practican, quienes los ayudan de modo que sin esa ayuda no se hubiera producido el aborto, etc.
¿Qué razón de ser tiene que el aborto está condenado por una pena canónica tan grave como es la excomunión?
La razón de ser de esta norma es proteger -también de esta manera, no sólo con la catequesis y la recta formación de la conciencia- la vida del hijo desde el instante mismo de la concepción, porque la Iglesia se da cuenta de que la frágil vida de los hijos en el seno materno depende decisivamente de la actitud de los más cercanos, que son, además, quienes tienen más directa y especial obligación de protegerla: padres, médico, etc. Luego, cuando el niño nazca, estará ya además protegido de alguna manera por la sociedad misma.
La Iglesia ha entendido siempre que el aborto provocado es uno de los peores crímenes desde el punto de vista moral. El Concilio Vaticano II dice a este respecto: "Dios, Señor de la vida, ha confiado a los hombres la insigne misión de proteger la vida, que se ha de llevar a cabo de un modo digno del hombre. Por ello, la vida ya concebida ha de ser salvaguardada con extremados cuidados; el aborto y el infanticidio son crímenes abominables" (Const. "Gaudium et Spes").
Pero ya que en los últimos años cada vez hay más Estados que permiten el aborto, ¿no habría sido un gesto de benevolencia de la Iglesia el haber mitigado las penas para los católicos que aborten?
La Iglesia pudo haber cambiado, en la última y profunda revisión del Código de Derecho Canónico culminada en 1983, la pena de excomunión que pesa sobre los que procuran conscientemente un aborto, pero no lo hizo así precisamente porque en las últimas décadas se ha producido en todo el mundo una acusada relajación de la sensibilidad de las gentes (y también de muchos creyentes) hacia este crimen. Y si bien esta mayor laxitud social, que ejerce una presión cierta sobre las conciencias, puede disminuir la gravedad del delito en algunos casos, una atenuación de la pena habría suscitado, inevitablemente, la errónea idea de que la Iglesia considera hoy el aborto provocado como menos grave que antes, cuando, evidentemente, no es así.
La Iglesia es Madre y Maestra; como Madre, es lenta para la ira y fácil para el perdón, pero como Maestra no puede desvirtuar el depósito de la doctrina legado por Dios, y no puede decir que está bien lo que está mal, ni puede dar pie a que nadie suponga que actúa de esta manera.
¿Puede suceder que alguna persona consienta o colabore en un aborto y no incurra en excomunión?
Sí. Dado que en Derecho Canónico no existe delito si no hay pecado grave, hay circunstancias en las que no se incurre en esta pena, que requiere plena imputabilidad. Por ejemplo, no quedan excomulgados los que procuran un aborto si ignoran que se castiga con la excomunión; los que no tengan conciencia de que abortar voluntariamente es pecado mortal; los que han intervenido en un aborto forzados con violencia irresistible contra su voluntad o por miedo grave; los menores de edad...; en general, los que han obrado sin plena advertencia y pleno consentimiento.
En el caso de que un médico (o un anestesista o una enfermera), por no estar dispuesto a realizar este tipo de intervenciones, fuese despedido y padecieran necesidad él y su familia, ¿podría colaborar?
Nunca se puede colaborar de modo positivo en la comisión de un acto que va contra la ley de Dios, que hay que obedecer antes que a la ley de los hombres. El católico que se halla en esta situación tiene la obligación grave de ampararse en el derecho a la objeción de conciencia, aunque esta actitud pueda acarrearle represalias.
El profesional sanitario cristiano ha de tener presente, además, que si es conocida su condición de creyente puede provocar un grave escándalo si colabora a la práctica de abortos.
Si los familiares de ese profesional son también cristianos, tienen la responsabilidad humana y moral de ayudarle a sobrellevar las dificultades, apoyarle en sus decisiones y hacer causa común con él en esos momentos de tribulación. Y esta responsabilidad alcanza también a sus amigos y colegas, si son cristianos y quieren vivir auténticamente su fe, así como a los miembros de la comunidad católica en que el profesional sanitario se desenvuelva.
¿Y qué ha de hacer el resto de las personas que trabajan en un hospital donde se practican habitualmente abortos?
Esas personas han de poner todos los medios lícitos a su alcance para que se dejen de practicar abortos. En cualquier caso, han de negar su colaboración directa a esas acciones.
¿No es la doctrina católica sobre el aborto una dura doctrina, que muy pocos podrán seguir?
Casi con estas mismas palabras replicaron los contemporáneos de Jesús cuando oyeren su predicación. Y el mismo Jesús nos dijo que hay que seguir el sendero estrecho para llegar al Reino de los Cielos. Seguir a Cristo en Su Iglesia no es fácil, pero con la Gracia de Dios se allana el camino y se superan las dificultades, por grandes que parezcan. También nos dijo Jesús que fuéramos a Él con confianza, y Él nos aliviaría de nuestras angustias.
La doctrina católica sobre el aborto no proviene de la voluntad de la autoridad eclesiástica, sino que está fundamentada en lo más profundo de la naturaleza de las cosas queridas por Dios, que se expresa en la Ley que Él nos ha dado a conocer, y que la Iglesia tiene la misión de transmitir. Pero la Iglesia cumple también con su deber siendo el ámbito en que los cristianos pueden fortalecer mejor su fe y ser ayudados y estimulados a vivir más intensamente su vida cristiana.
¿Cómo puede levantarse una excomunión, tras haber colaborado en un aborto consumado?
Si un católico se encuentra en esta situación, debe acudir al obispo o al sacerdote en quien éste delegue. En la práctica, puede dirigirse a cualquier sacerdote, que le indicará lo que debe hacer.
¿Tienen los católicos, además de la obligación grave de no colaborar en ningún aborto provocado, otras obligaciones en esta materia?
Todos los católicos estamos llamados a una vida plena, es decir, a la santidad, y a contribuir activamente a la extensión del Reino de Dios en la tierra llevando el Evangelio hasta el último rincón del mundo. Si todo miembro responsable de una sociedad que se proclama civilizada tiene el deber de defender la vida y la dignidad humanas, por muchas más razones los católicos hemos de asumir esta tarea.
¿Cómo se puede hacer esto, en el caso del aborto?
El lograr que en una sociedad se respete el derecho a la vida es responsabilidad de todos en su actividad cotidiana, pues todos, con el ejemplo de su conducta, sus palabras, sus escritos, sus opiniones, su voto, la educación de sus hijos, etc., influyen en lo que se piensa, en cómo se vive Y en lo que se legisla.
Ciertamente, un papel importante corresponde a políticos, educadores y responsables de medios de Comunicación social, por la repercusión que sus palabras o sus acciones tienen en la colectividad; pero ellos, al tiempo que influyen sobre la sociedad, son influidos a su vez también por ella.
¿Qué puede hacer para influir en esta materia un cristiano corriente, un ciudadano normal que ni sale en la televisión, ni habla desde una cátedra o una tribuna pública?
Lo primero que cada uno puede y debe hacer para afirmar la vida es vivir con la conciencia de su dignidad. Sólo afirmaremos la vida de otros si nosotros percibimos la nuestra en toda su grandeza y si nuestra conducta es coherente con nuestra convicción. El ejemplo de Jesús, tomando en serio a cada una de las personas que se encontraba, debe servirnos para que todos los que se crucen en nuestra vida se sientan valorados y tenidos en cuenta como seres únicos. Una afirmación así de la vida personal en nuestras experiencias cotidianas hará posible que surja, naturalmente, la estima por todos y cada uno de los seres humanos, también los concebidos y no nacidos. Pero junto a esta actitud general, caben muchas maneras concretas de trabajar específicamente en favor de la vida:
Rogando al Señor por los legisladores y los dirigentes sociales en general, para que sepan comprender que los hijos concebidos y no nacidos son los más inocentes y los más indefensos miembros de, nuestra sociedad, y que, como ha dicho repetidamente el Papa Juan Pablo li, nunca se puede legitimar la muerte de un inocente.
No despreciando el valor moral del dolor y del sacrificio, cuyo rechazo lleva a justificar cualquier intento de acabar con lo que se cree que son sus causas, incluidos los ancianos o enfermos inútiles, los deficientes que son una carga o los nuevos hijos que pueden complicar la vida o disminuir el bienestar de la familia.
Acogiendo y ayudando, también económicamente, a quienes, por razón de su maternidad, se encuentran en situaciones difíciles.
Recibiendo con alegría, por duro que pueda ser, al nuevo hijo enfermo o deficiente que llegue a la familia, como una bendición de Dios. Es ejemplar el testimonio de numerosísimos padres cristianos en este sentido.
Reaccionando positivamente ante escritos públicos o programas audiovisuales que defiendan la vida humana, y críticamente ante los que la ataquen.
Orientando el voto hacia las alternativas que merezcan más confianza por sus actitudes ante la vida en general, y ante la cuestión del aborto provocado en particular.
Informando a quienes nos rodean, con caridad, pero con firmeza y claridad, de la realidad del hijo no nacido y de la importancia de defender su derecho a vivir.
Los médicos, en especial los ginecólogos, y otros profesionales sanitarios, empleando los medios técnicos que permiten que una madre vea en una ecografía, con sus propios ojos, al hijo en sus entrañas, moviéndose, nadando, chupándose el dedo. Se ha dicho que si el vientre de las madres fuera transparente, muchos verían la cuestión del aborto provocado de otra manera.
Son sólo algunos ejemplos que puedan dar idea del enorme campo que un cristiano tiene ante sí en relación con este gravísimo problema.
¿Es razonable pensar que un día la vida y la dignidad humanas se respetarán desde la concepción hasta la muerte?
No es posible contestar rotundamente a esta cuestión, pero hacia este objetivo deben encaminarse los esfuerzos de todos los que aspiran a un mundo justo. Las agresiones a la vida humana, especialmente de los inocentes, han tenido siempre en la historia consecuencias dramáticas. Los cristianos sabemos que cuando las personas y las colectividades han reconocido a Jesucristo, este reconocimiento ha supuesto una afirmación de la vida sin parangón con cualquier otra cultura. Por eso debemos empeñarnos en la extensión de la presencia de Cristo en la sociedad, porque de este modo los hombres reconocerán su propia grandeza y podrán vivir con una nueva conciencia propia dignidad. Con el auxilio de Jesús y de su madre, que lo concibió en su seno, y con el ejemplo nuestra propia vida, será posible trabajar mejor en defensa de este ideal.
Fuente: "EL ABORTO" 100 CUESTIONES Y RESPUESTAS SOBRE LA DEFENSA DE LA VIDA HUMANA Y LA ACTITUD DE LOS CATÓLICOSConferencia Episcopal EspañolaComité para la Defensa de la VidaMadrid, 25 de marzo de 1991

Lic. Alicia Latorre Presidenta de ProVida España de visita en Venezuela









La Presidenta de las Asociaciones Pro-Vida de España estuvo compartiendo con nosotros dura una semana y media, en donde dicto una serie de ponencias en donde resaltaba el valor de la vida desde su concepción hasta su término natural, entre otros temas de interés relacionado con la cultura de la vida.

Por otro lado, la Lic. Latorre estuvo compartiendo con representantes de otras instituciones tales como: El Consejo Municipal de los Derecho del Niño y Adolescente del Municipio Valencia, con el Departamento de Cultura de la Conferencia Episcopal de Venezuela, Instituciones Educativas Privadas y Públicas.

viernes, 10 de agosto de 2007


Hola hermanos todos en Cristo Jesús, a través de este mesanje quiero extender la invitación al gran mega concierto de alabanza y adoración al Señor de señores y Rey de reyes: Jesucristo
Este evento se llevará a cabo el día 24 de Noviembre del 2007, en el Anfitreatro de Bárbula, Naguanagua-Edo. Carabobo; además tendra como Invitada Internacional y especial a nuestra hermana Nana Angarita.
Ven asiste, no te pierdas esta oportunidad que ofrece el señor para alabarlo y mostrarle con todo nuestro corazón y ser el amor que le profesamos.
La entradas estan siendo vendidas a través del http://www.seas.com.ve/
Dios les bendiga hermanos